Cuando hablamos de internet y de los cambios que
tuvieron lugar a partir de su creación, el acceso a múltiples fuentes de
información aparece rápidamente en la lista que
podemos imaginar. Estamos a pocos clics de artículos,
noticias, estudios, investigaciones, reportes, estadísticas y
enciclopedias en línea., por eso muchos
especialistas hablan de una Sociedad de la Información, aunque como muchos
otros discuten, no necesariamente el acceso a la información deviene en
conocimiento.
Muchas veces solemos pedirles a los alumnos que
busquen en internet, ya sea en las versiones digitales de diarios, sitios
específicos, o solo les decimos que busquen y ellos recurren a buscadores como
Google, Bing, entre otros. ¿Toda la información disponible en internet es
fiable? Como señalan desde Wikimedia Argentina, organización que entre otras
cosas está a cargo del proyecto Wikipedia, no. ¿Por qué no? Porque nunca se
puede fiar de los contenidos publicados sin hacer un abordaje crítico de las
fuentes.
En este escenario, nos convertimos en curadores
de contenidos en línea. Esto quiere decir que podemos utilizar diferentes
fuentes de información pero siempre teniendo claro qué es lo que queremos hacer
con estas. Podemos utilizarlas para contrastar, comparar, complementar, discutir,
o incluso para refutar, para ello debemos poner todo nuestro arsenal
disciplinar para poder establecer criterios que faciliten estas tareas.
Dolors Reig, en su blog El
Caparazón, nos invita a pensar en la curaduría de contenidos teniendo en
cuenta los siguientes criterios o indicadores:
- Autoridad: nos permite tener una idea de quiénes son los responsables de la creación de un determinado contenido. Esto puede determinarse de manera personal, sobre la base de resultados propios, o bien, por reconocimiento de terceros.
- Actualización curricular: por un lado, hay que saber si corresponde a los enfoques más actuales o, por lo menos, a los que nos abocamos en nuestras clases, y si no genera conflicto con lo que enseñamos en cada materia.
- Navegabilidad: nos referimos a la facilidad de acceso pero también de uso del recurso. Esto es de especial cuidado, sobre todo cuando trabajamos con los más chicos, tanto por si requieren motricidad fina o de algún comando complejo que no sea del todo práctico a la hora de trabajar.
- Legibilidad: además de una buena interfaz para su uso, también necesitamos que el contenido sea claro y que todo se entienda. La combinación de colores, tamaños y tipos de letras, y los fondos e ilustraciones tienen importancia para saber si un contenido es adecuado.
- Adecuación al destinatario: por último, y no por eso menos importante, es necesario saber que ese contenido es capaz de responder a los requerimientos educativos del nivel en el que damos clase, que no sea muy infantil si se quiere presentar en secundaria, que no sea muy complejo para trabajar con los más chicos.
Los buscadores en línea facilitan el acceso a otras
fuentes de información que nos permiten ampliar los horizontes de búsqueda que
anteriormente se limitaba a los libros que utilizábamos o que estaban
disponibles en la escuela, sumado a algunos recortes periodísticos y otros
medios como la radio y la televisión, pero también complejiza mucho más
encontrar recursos fiables. Tan solo con anticipar la búsqueda de nuestros
estudiantes podemos conocer un poco más acerca de estas fuentes que los
buscadores nos ofrecen como más relevantes. Solo unos minutos más nos lleva
realizar un barrido, aunque sea superficial, de estos sitios y así darnos una
idea de cómo ponerlos a dialogar con lo que vemos en clase y los medios que ya
veníamos utilizando anteriormente.
Una actividad sumamente enriquecedora para que los
estudiantes tengan en cuenta la importancia de discutir los contenidos que se
encuentran en internet, es la de indagar qué sucede en la pestaña “Discusión”
de Wikipedia. Los invitamos a ver el debate en torno al artículo de Argentina en la
Wikipedia en español.
Bibliografía
recomendada
No hay comentarios:
Publicar un comentario