Las redes sociales se han convertido en un nuevo espacio para la participación ciudadana. Cómo podemos utilizarlas para construir entre todos una sociedad más democrática y qué limitaciones nos presentan las diferentes plataformas.
Volviendo al potencial de las redes sociales, en
esta nota nos enfocaremos el potencial que brindan las diferentes plataformas
sociales en Internet en términos de participación ciudadana y de la
construcción de ciudadanía. Desde expresar nuestras opiniones hasta la creación
de comunidades de participación sin necesidades de pensar o delimitar
fronteras.
Desde la escuela podemos alentar la participación y
la discusión participando junto con nuestros alumnos de debates actuales, desde
una noticia relacionada con una materia o hasta la posibilidad instalar debates
sobre cuestiones que estén trabajando con sus docentes o que les resulte de
interés.
En este sentido, hablamos del uso de redes
apostando por un uso horizontal en el que las voces de todos son relevantes
para la discusión y la participación, para la acción ciudadana en un sentido
amplio. Un debate en Twitter hoy puede marcar la agenda de los grandes medios e
incluso llegar a instalar algunas cuestiones en la agenda política. ¿Por qué
no, entonces, alentar esta participación en nuestros estudiantes?
Como docentes podemos dar cuenta de una variedad de
situaciones. Tanto la posibilidad de aportar fuentes de información, guiar
lecturas de autores y propiciar el intercambio de opiniones entre la clase y
también en las redes. Pero para evitar complicaciones una de las primeras cosas
que debemos atender es algo que suele pasarse por alto: las políticas de uso y
privacidad de las redes.
Un debate inicial es justamente cómo las redes
establecen ciertos parámetros para quienes deseen sumarse y crear cuentas.
¿Cuáles son los requisitos? ¿Cuáles las reglas de juego? No es lo mismo una cuenta
en Twitter que en Facebook, así como tampoco es los mismo el intercambio en 140
caracteres, que sin un límite de extensión.
Estas cuestiones que parecen menores, pueden darnos
una idea de cuáles son los modos de participación que se ven potenciados en las
distintas redes sociales. Pero como veíamos anteriormente, la posibilidad de
crear nuevas narrativas y trasladar sentidos a otras plataformas es también un
modo de comprender la participación ciudadana. Por eso, no es únicamente
entender cómo funciona una red, sino también cómo podemos articularlas, y qué
estrategias podemos usar para ser más eficientes en nuestra comunicación.
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